Cuando uno toca fondo y aparece alguien porque si, sin saber lo que te paso para rescatarte de ese posible fondo es cuando no sabes que hacer. Con la misma intensidad que aparece, se aleja de a poco y para siempre. Y no entendés. Que hiciste mal? Como hay que ser y como no? Y uno mismo vuelve a caer a esa nada sin querer por no tener una respuesta y porque lo que no se entiende es peor.
Quiero pensar que apareció para salvarme de ese «oscuro agujero» que no quería tocar, que me hizo salir para no sentir tanto dolor pero que ahora un poco mejor, lo necesito igual. Pero que es mejor no insistir si no es mutuo.
Intentando buscar una explicación, también intento entender que hay cosas que tienen un comienzo fugaz como un final repentino. Y vos sos eso, supongo que es momento de no buscar más.
Cuando uno no quiere dos no pueden.
Si al menos supieras lo bien que me hiciste en tan poco tiempo, te sentirías un súper héroe que salvo a una pobre chica que no podía huir del dolor pero que con solo sacarla de ese pozo para ver las estrellas, la hiciste sentir lo que hacía mucho tiempo nadie le había dado: la paz de unos abrazos de los que te reencontras para volver a salir al mundo y sentirte no tan poca cosa. Que aunque fuera fugaz fue necesario para ese pilar de ver la luz y no hundirse.